Ilusiones


"No existe ningún problema que no te aporte simultáneamente un don.
Busca los problemas porque necesitas sus dones."

"Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendras"

Richard Bach - Ilusiones

miércoles, 30 de enero de 2019

CRUZAR EL RUBICON - "ALEA JACTA EST"


César cruza el Rúbicón


Cruzar el Rubicón. Casi todos hemos usado esta frase alguna vez para decir que vamos a emprender algo de arriesgadas consecuencias y sin posibilidad de marcha atrás. La sentencia viene de antiguo, del 12 de enero del año 49 antes de Cristo. El día en que Julio César se la jugó cruzando dicho río con un único objetivo: plantarle cara a Pompeyo, cargarse la República y erigirse como el dictador de Roma. Por eso cruzó el Rubicón y por eso dijo nada más cruzarlo aquello de: "Alea jacta est" (La suerte está echada). Y que los dioses nos pillen confesados.


Julio César era el gobernador de las Galias. Lo sabemos porque sus tropas traían frita a la aldea de Astérix, y cuando el general ya había ganado todo lo que tenía que ganar en la guerra de las Galias, reclamó a Roma la promesa que le hicieron de ser nombrado cónsul. Pero había dos problemas. Uno, que en Roma no lo querían y dos, que César ya había sido cónsul antes, y la ley decía que tenían que pasar diez años antes de un nuevo nombramiento. Así que el Senado le dijo que nada de cónsul de momento, que licenciara a sus tropas y se volviera a Roma, pero sin el cargo. La respuesta mosqueó mucho a César, porqué si se plantaba en Roma sin el suficiente poder, Pompeyo y el Senado se lo cargarían en cualquier momento. Por eso cruzó el Rubicón.




Y el Rubicón es en realidad un río bastante escuchimizado, un riachuelo de caudal ridículo comparado con la grandeza con la que ha pasado a la historia. Pero en la antigua Roma, este río tenía un significado crucial, porque marcaba el límite del poder del gobernador de las Galias. Si se cruzaba por las buenas, en plan paseo bucólico, vale, pero si se atravesaba con las tropas y malas intenciones, significaba declararle la guerra a la República de Roma. César, cabreado por no haber sido nombrado cónsul, en vez de disolver sus tropas, las reunió y cruzó el Rubicón. Aunque cuentan que se paró en la orilla gala y dijo, lo cruzo... no lo cruzo. Venga. Alea jacta est. Ese día murió la República de Roma.


Río Rubicón - Italia

Libro: Menudas historias de la Historia
             Nieves Concostrina.






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