Ilusiones


"No existe ningún problema que no te aporte simultáneamente un don.
Busca los problemas porque necesitas sus dones."

"Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendras"

Richard Bach - Ilusiones

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domingo, 4 de agosto de 2019

DYLAN THOMAS - POEMAS


Poeta, escritor de cuentos, guionista, locutor de radio y dramaturgo británico.
Premio Foyle de poesía (1952)


And death shall have no dominion (Y la muerte no tendrá dominio), Deaths and Entrances (Muertes y entradas), Collected Poems (Recopilación poemas 1934-1952) donde esta incluido un poema a la muerte de su padre, Do not go gentle into that good night, (No vayas gentilmente a esa buena noche). Bajo el bosque lácteo, son algunas de sus obras más importantes y conocidas.


Nació el 27 de octubre de 1914 en Swansea, Gales, Reino Unido.

Falleció el 9 de noviembre de 1953, de neumonía a los 39 años en Nueva York, Estados Unidos.


Y la muerte no tendrá dominio.


Y la muerte no tendrá dominio.

Desnudos los muertos serán uno 
con el hombre en el viento y la luna de poniente; 
cuando sus huesos estén roídos y una vez limpios
       desaparezcan, 
tendrán estrellas en sus codos y en sus pies; 
aunque se vuelvan locos estarán cuerdos,
aunque se hundan en el mar de nuevo resurgirán,
aunque mueran los amantes el amor sobrevivirá;
y la muerte no tendrá dominio.

Y la muerte no tendrá dominio.

Bajo los torbellinos del mar 
los que yacen tendidos no morirán aterrados; 
retorciéndose en el potro cuando los nervios cedan, 
amarrados a una rueda, aún no se romperán; 
la fe en sus manos se partirá en dos, 
y los males correrán como unicornios; 
rotos todos los cabos ya no crujirán más; 
y la muerte no tendrá dominio.

Y la muerte no tendrá dominio.

Aunque las gaviotas no griten más en su oído 
ni las olas estallen ruidosas en las costas; 
aunque no broten flores donde antes brotaron, ni levanten 
ya más la cabeza al golpe de la lluvia; 
aunque estén locos y muertos como clavos, 
las cabezas de los cadáveres martillearan margaritas; 
estallarán al sol hasta que el sol estalle, 
y la muerte no tendrá dominio.





“Los amantes de Valardo”
Yacimiento arqueológico cerca de Mantua - Italia.

Un hombre y una mujer abrazados desde
 hace más de 6.000 años.



No vayas gentilmente a esa buena noche...


No vayas gentilmente a esa buena noche.
La vejez debería delirar y arder cuando se cierra el día;
Rabia, rabia, contra la agonía de la luz.

Aunque los sabios al morir entiendan que la tiniebla es justa,
porque sus palabras no ensartaron relámpagos
No vayas gentilmente a esa buena noche.

Hombres buenos, que tras la última ola, lloran por ese brillo,
con que sus actos frágiles pudieron danzar en una bahía verde
rabian, rabian contra la agonía de la luz.

Hombres salvajes que capturaron y cantaron al sol en vuelo.
y aprenden, ya muy tarde, que llenaron de pena su camino
No vayas gentilmente a esa buena noche.

Hombres graves, cerca de la muerte, que ven con visión cegadora
cuánto los ojos ciegos pudieron alegrarse y arder como meteoros
rabian, rabian contra la agonía de la luz.

Y tú, mi padre, allá en la triste altura
maldíceme, bendíceme, ahora con tus fieras lágrimas, te lo ruego.
No vayas gentilmente a esa buena noche.
Rabia, rabia contra la agonía de la luz.





De los suspiros algo nace...

De los suspiros algo nace
que no es la pena, porque la he abatido
antes de la agonía; el espíritu crece
olvida y llora:
algo nace, se prueba y sabe bueno,
todo no podía ser desilusión:
tiene que haber, Dios sea loado, una certeza,
si no de bien amar, al menos de no amar,
y esto es verdadero luego de la derrota permanente.

Después de esa lucha que los más débiles conocen.
hay algo más que muerte;
olvida los grandes sufrimientos o seca las heridas,
él sufrirá por mucho tiempo
porque no se arrepiente de abandonar una mujer que espera
por su soldado sucio con saliva de palabras
que derraman una sangre tan ácida.

Si eso bastase, bastaría para calmar el sufrimiento,
arrepentirse cuando se ha consumido
el gozo que en el sol me hizo feliz,
qué feliz fui mientras duró el gozar,
si bastara la vaguedad y las mentiras dulces fueran suficiente,
las frases huecas podrían soportar todo el sufrimiento
y curarme de males.

Si eso bastase: hueso, sangre y nervio,
la mente retorcida, el lomo claramente formado,
que busca a tientas la sustancia bajo el plato del perro,
el hombre debería curarse de su mal.
Pues todo lo que existe para dar yo lo ofrezco:
unas migas, un granero y un cabestro.



Donde una vez las aguas de tu rostro

Donde una vez las aguas de tu rostro
giraron impulsadas por mis hélices, sopla tu áspero fantasma,
los muertos alzan la mirada;
donde un día asomaron el pelo los tritones
a través de tu hielo, el viento áspero navega
por la sal, la raíz, las huevas de los peces.

Donde una vez tus verdes nudos hundieron su atadura
en el cordón de la marea, allí camina ahora
el vegetal destejedor
con tijeras filosas, empuñando el cuchillo
para cortar los canales en su origen
y derribar los frutos empapados.

Invisibles, tus mareas medidoras del tiempo
irrumpen en las camas galantes de las algas;
el alga del amor se vuelve mustia;
allí en torno a tus piedras
sombras de niños van, que desde su vacío
lloran ante el mar colmado de delfines.

Secos como la tumba, tus coloreados párpados
no serán aherrojados mientras la magia se deslice
sabia sobre el cielo y la tierra;
habrá corales en tus lechos,
habrá serpientes en tus mareas,
hasta que mueran todos nuestros juramentos del mar.





.

jueves, 1 de agosto de 2019

MARIO BENEDETTI - POEMAS 2


Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugialo
14 de septiembre de 1920 - Paso de los Toros, Uruguay
17 de mayo de 2009 - Montevideo, Uruguay
Esposa : Luz López - 1946 - 2006  
Escritor, poeta, dramaturgo y periodista uruguayo
integrante de la generación del 45

Todavía

No lo creo todavía 
estás llegando a mi lado 
y la noche es un puñado               
de estrellas y de alegría 

palpo gusto escucho y veo 
tu rostro tu paso largo               
tus manos y sin embargo 
todavía no lo creo 

tu regreso tiene tanto               
que ver contigo y conmigo 
que por cábala lo digo 
y por las dudas lo canto               

nadie nunca te reemplaza 
y las cosas más triviales 
se vuelven fundamentales               
porque estás llegando a casa 

sin embargo todavía 
dudo de esta buena suerte               
porque el cielo de tenerte 
me parece fantasía 

pero venís y es seguro               
y venís con tu mirada 
y por eso tu llegada 
hace mágico el futuro               

y aunque no siempre he entendido 
mis culpas y mis fracasos               
en cambio sé que en tus brazos 
el mundo tiene sentido 

y si beso la osadía               
y el misterio de tus labios 
no habrá dudas ni resabios 
te querré más               
todavía.




Te quiero
       
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
              
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
              
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
              
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
              
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos...


Hombre que mira más allá de sus narices

Hoy me despierto tosco y solitario 
no tengo a nadie para dar mis quejas               
nadie a quien echar mis culpas de quietud 

sé que hoy me van a cerrar todas las puertas               
y que no llegará cierta carta que espero 
que habrá malas noticias en los diarios               
que la que quiero no pensará en mí 
y lo que es mucho peor               
que pensarán en mi los coroneles 
que el mundo será un oscuro 
paquete de angustias               
que muchos otros aquí o en cualquier parte 
se sentirán también toscos y solos               
que el cielo se derrumbará 
como un techo podrido

y hasta mi sombra               
se burlará de mis confianzas 
menos mal 
que me conozco               
menos mal que mañana 
o a más tardar pasado 
sé que despertaré alegre y solidario               
con mi culpita bien lavada y planchada 
y no solo se me abrirán las puertas               
sino también las ventanas y las vidas 
y la carta que espero llegará               
y la leeré seis o siete veces 
y las malas noticias de los diarios               
no alcanzarán a cubrir las buenas nuevas 
y la que quiero 
pensará en mi hasta conmoverse               
y lo que es muchísimo mejor 
los coroneles me echarán al olvido               
y no solo yo muchos otros también 
se sentirán solidarios y alegres               
y a nadie le importará 
que el cielo se derrumbe 
y más de uno dirá que ya era hora               
y mi sombra empezará a mirarme con respeto 

será buena 
tan buena la jornada               
que desde ya 
mi soledad se espanta.


Pequeñas muertes

Los sueños son pequeñas muertes               
tramoyas anticipos simulacros de muerte 
el despertar en cambio nos parece               
una resurrección y por las dudas 
olvidamos cuanto antes lo soñado               
a pesar de sus fuegos sus cavernas 
sus orgasmos sus glorias sus espantos
           
los sueños son pequeñas muertes 
por eso cuando llega el despertar               
y de inmediato el sueño se hace olvido 
tal vez quiera decir que lo que ansiamos               
es olvidar la muerte 
apenas eso.


Por siempre

Si la esmeralda se opacara,               
si el oro perdiera su color, 
entonces, se acabaría 
nuestro amor.               

Si el sol no calentara, 
si la luna no existiera, 
entonces, no tendría               
sentido vivir en esta tierra 
como tampoco tendría sentido 
vivir sin mi vida,               
la mujer de mis sueños, 
la que me da la alegría... 

Si el mundo no girara               
o el tiempo no existiese, 
entonces, jamás moriría 
Jamás morirías               
tampoco nuestro amor... 

pero el tiempo no es necesario 

nuestro amor es eterno               
no necesitamos del sol 
de la luna o los astros 
para seguir amándonos...               

Si la vida fuera otra 
y la muerte llegase 
entonces, te amaría               
hoy, mañana... 
por siempre... 
todavía.



A la izquierda del roble

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
Pero el Jardín Botánico es un parque dormido
En el que uno puede sentirse árbol o prójimo
Siempre y cuando se cumpla un requisito previo.
Que la ciudad exista tranquilamente lejos.

El secreto es apoyarse digamos en un tronco
Y oír a través del aire que admite ruidos muertos
Cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
Pero el Jardín Botánico siempre ha tenido
Una agradable propensión a los sueños,
A que los insectos suban por las piernas
Y la melancolía baje por los brazos
Hasta que uno cierra los puños y la atrapa.

Después de todo el secreto es mirar hacia arriba
Y ver cómo las nubes se disputan las copas
Y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
Ah pero las parejas que huyen al Botánico
Ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
Hablan por lo común de temas importantes
Y se miran fanáticamente a los ojos
Como si el amor fuera un brevísimo túnel
Y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.

Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble
(También podría llamarlo almendro o araucaria
gracias a mis lagunas sobre Pan y Linneo)
Hablan y por lo visto las palabras
Se quedan conmovidas a mirarlos
Ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
Pero es lindísimo imaginar qué dicen
Sobre todo si él muerde una ramita
Y ella deja un zapato sobre el césped
Sobre todo si él tiene los huesos tristes
Y ella quiere sonreír pero no puede.

Para mí que el muchacho está diciendo
Lo que se dice a veces en el Jardín Botánico.
Ayer llegó el otoño
El sol de otoño
Jardín Botánico - Montevideo
Y me sentí feliz
Como hace mucho
Qué linda estás
Te quiero
En mi sueño
De noche
Se escuchan las bocinas
El viento sobre el mar
Y sin embargo aquello
También es el silencio
Mírame así
Te quiero
Yo trabajo con ganas
Hago números
Fichas
Discuto con cretinos
Me distraigo y blasfemo
Dame tu mano
Ahora
Ya lo sabés
Te quiero
Pienso a veces en Dios
Bueno no tantas veces
No me gusta robar
Su tiempo
Y además está lejos
Vos estás a mi lado
Ahora mismo estoy triste
Estoy triste y te quiero
Ya pasarán las horas
La calle como un río
Los árboles que ayudan
El cielo
Los amigos
Y qué suerte
Te quiero
Hace mucho era niño
Hace mucho y qué importa
El azar era simple
Como entrar en tus ojos
Dejame entrar
Te quiero
Menos mal que te quiero.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
Pero puede ocurrir que de pronto uno advierta
Que en realidad se trata de algo más desolado
Uno de esos amores de tántalo y azar
Que Dios no admite porque tiene celos.

Fíjense que él acusa con ternura
Y ella se apoya contra la corteza
Fíjense que él va tildando recuerdos
Y ella se consterna misteriosamente.

Para mí que el muchacho está diciendo
Lo que se dice a veces en el Jardín Botánico.
Vos lo dijiste
Nuestro amor
Fue desde siempre un niño muerto
Sólo de a ratos parecía
Que iba a vivir
Que iba a vencernos
Pero los dos fuimos tan fuertes
Que lo dejamos sin su sangre
Sin su futuro
Sin su cielo
Un niño muerto
Sólo eso
Maravilloso y condenado
Quizá tuviera una sonrisa
Como la tuya
Dulce y honda
Quizá tuviera un alma triste
Como mi alma
Poca cosa
Quizá aprendiera con el tiempo
A desplegarse
a usar el mundo
Pero los niños que así vienen
Muertos de amor
Muertos de miedo
Tienen tan grande el corazón
Que se destruyen sin saberlo
Vos lo dijiste
Nuestro amor
Fue desde siempre un niño muerto
Y qué verdad dura y sin sombra
Qué verdad fácil y qué pena
Yo imaginaba que era un niño
Y era tan sólo un niño muerto
Ahora qué queda
Sólo queda
Medir la fe y que recordemos
Lo que pudimos haber sido
Para él
Que no pudo ser nuestro
Qué más
Acaso cuando llegue
Un veintitrés de abril y abismo
Vos donde estés
Llevale flores
Que yo también iré contigo.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
Pero el Jardín Botánico es un parque dormido
Que sólo despierta con la lluvia.

Ahora la última nube ha resuelto quedarse
Y nos está mojando como alegres mendigos.

El secreto está en correr con precauciones
A fin de no matar ningún escarabajo
Y no pisar los hongos que aprovechan
Para nadar desesperadamente.

Sin prevenciones me doy vuelta y siguen
Aquellos dos a la izquierda del roble
Eternos y escondidos en la lluvia
Diciéndose quién sabe qué silencios.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
Pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico
Aquí se quedan sólo los fantasmas.

Ustedes pueden irse.
Yo me quedo.



El amor es un centro

Una esperanza un huerto un páramo
una migaja entre dos hambres

el amor es campo minado
un jubileo de la sangre
cáliz y musgo / cruz y sésamo
pobre bisagra entre voraces

el amor es un sueño abierto
un centro con pocas filiales
un todo al borde de la nada
fogata que será ceniza

el amor es una palabra
un pedacito de utopía
y todo eso y mucho menos
y mucho más / es una isla
una borrasca / un lago quieto

sintetizando yo diría
que el amor es una alcachofa
que va perdiendo sus enigmas
hasta que queda una zozobra
una esperanza un fantasmita.










lunes, 12 de noviembre de 2018

RUDYARD KIPLING - POEMAS



Joseph Rudyard Kipling


Nació en Bombay, India Británica el 30 de diciembre de 1865 y falleció en Londres, Gran Bretaña el 18 de enero de 1936.


Fue un poeta y escritor de cuentos infantiles, relatos y novelas. Entre las que podemos destacar el relato corto "The Man Who Would Be King" ("El hombre que pudo ser rey", 1888), su colección de relatos The Jungle Book (El libro de la selva, 1894), o los poemas "Gunga Din" en 1892  e "If..." (traducido como "Si..." de 1895 y sus novelas "Kim" y Capitanes intrépidos (1897), también  el cuento infantil "Puck of Pook's Hill" ("Puck de la colina de Pook" sobre 1906. Algunas de estas obras han sido adaptadas para la gran pantalla.


Fue el primer escritor británico galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1907, y el más joven en recibirlo hasta la fecha.


Si puedes...

Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor,  
han perdido la suya y te culpan de ello. 

Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti, 
pero también dejas lugar a sus dudas.  
Si puedes esperar y no cansarte de la espera; 
o si, siendo engañado, no respondes con engaños, 
o si, siendo odiado, no te domina el odio 
Y aún así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio. 

Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo; 
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo; 
Si puedes conocer al triunfo y la derrota,
y tratar de la misma manera a esos dos impostores. 
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho, 
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida, 
y agacharte para reconstruirlo con herramientas maltrechas.

Si puedes amontonar todo lo que has ganado 
y arriesgarlo todo a un sólo lanzamiento ;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio 
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida. 
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tus tendones, 
para seguir adelante mucho después de haberlos perdido, 
y resistir cuando no haya nada en ti
salvo la voluntad que te dice: "Resiste!"

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud 
o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás. 
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte. 
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado. 
Si puedes llenar el inexorable minuto, 
con sesenta segundos que valieron la pena recorrer... 

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,   
y lo que es más: serás un hombre, hijo mío.


Cuando vayan mal las cosas…

Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, 
cuando ofrezca tu camino sólo cuestas que subir, 
Cuando los recursos sean escasos y mucho lo que pagar, 
y precises sonreír aun teniendo que llorar, 
cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir, 
descansar acaso debes pero nunca desistir.

Tras las sombras de la duda,
ya plateadas ya sombrías, 
puede bien surgir el triunfo,
no el fracaso que temías, 
y no es dable a tu ignorancia figurarse cuan cercano, 
puede estar el bien que anhelas y que juzgas tan lejano, lucha, 
pues por más que en la brega tengas que sufrir.

¡Cuando todo esté peor, más debemos insistir! 
Si en la lucha el destino te derriba, 
si todo en tu camino es cuesta arriba, 
si tu sonrisa es ansia satisfecha, 
si hay faena excesiva y vil cosecha, 
si a tu caudal se contraponen diques, 
Date una tregua, ¡pero no claudiques!

"Porque en esta vida nada es definitivo, 
toma en cuenta que: 
todo pasa, todo llega y todo vuelve" 


Elegí la vida

No quise dormir sin sueños
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
de quien no desea nada más que sobrevivir cada día.

No quise vivir en la angustia
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.

No quise vivir cansado
Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosas, compartido,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.

No quise huir
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.

No pude olvidar mis fallos
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.

No quise vivir solo
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.

Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, como vivirla.

Elegí los sueños para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.

No quise vivir muriendo
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija…
…porque moriré viviendo.




domingo, 11 de noviembre de 2018

WALT WHITMAN - ESCRITOS




Walt Whitman nació en West Hills, condado de Suffolk, Nueva York, el 31 de mayo de 1819.

Falleció a los 72 años de pleuresía, tuberculosis, nefritis parenquimatosa y otros complicaciones  en Camden, Nueva Jersey, 26 de marzo de 1892.


Hojas de hierba, publicada en 1855, aunque Whitman la amplio y reviso hasta 1892 año de su última publicación. El famoso poema O Captain! My Captain! (¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! - 1865), son algunas de sus obras más conocidas y renombradas.


Fue poeta, enfermero voluntario, ensayista, periodista y humanista estadounidense. Incorpora a su obra el trascendentalismo y el realismo filosófico.






Contemplad este curtido rostro...


Contemplad este curtido rostro, estos ojos grises.
Estas barbas, este blanco vellón intenso sobre mi pecho,
Mis oscuras manos y estos modales silenciosos y sin atractivos que yo tengo.

Sin embargo, hay uno de Manhattan que acude siempre cuando yo parto, y me despide posando sobre mis labios el beso leve de un sólido amor.
Y yo mismo en el cruce de una calle o en el puente de un navío le devuelvo el beso.
Nosotros observamos este saludo de camaradas norteamericanos en la tierra y en el mar.
Y somos nosotros estas dos naturales y despreocupadas personas.


¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán!

¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro temeroso viaje está hecho;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, el premio que buscamos está ganado;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante:

Pero ¡Oh corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!
oh, las lágrimas se tiñen de rojo,
mi Capitán está sobre la cubierta,
caído muerto y frío.

¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate, izan la bandera por ti, por ti suenan las cornetas;
por ti ramos y cintas de coronas, por ti se amontonan en las orillas;
Por ti te llama la influyente masa, giran sus rostros impacientes;

¡Aquí Capitán! ¡Querido padre!

Este brazo bajo tu cabeza;
Es como un sueño sobre la cubierta,
Has caído muerto y frío.

Mi capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
El barco está anclado sano y salvo, el viaje ha terminado y se ha hecho;
De un viaje temeroso, el barco triunfador, entra con su objetivo realizado;

Exultamos, ¡oh costas y tañidos, oh campanas!
Pero yo, con triste pisada
Camino en cubierta donde está mi Capitán
Caído, muerto y frío.

Poema escrito en homenaje a Abraham Lincoln, presidente de EE.UU., después de su asesinato en 1865.


No te detengas (Carpe Diem)

Aprovecha el día.
No dejes que termine sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario...
No dejes de creer que las palabras y las poesías, sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye...

"Yo emito mi alarido por los tejados de este mundo", dice el poeta;
valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía sobre las pequeñas cosas. 

No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados.
No podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la vida en un infierno. 

Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros “poetas muertos”,
te ayudarán a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros: Los “poetas vivos”.


No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …




Canto a mi mismo.

El pasado y el presente se marchitan.
Y los he llenado y los he vaciado a los dos
y prosigo llenando lo que me espera en el futuro.
Y ahora vosotros, los que me habéis escuchado,
levantaos. ¿Qué tenéis que decirme?
Miradme a la cara, mientras respiro por última vez bajo las sombras de la tarde.

(Hablad sinceramente, nadie os escucha y sólo dispongo de un minuto.)

¿Qué tenéis que decirme?
¿Qué me contradigo?
Sí, me contradigo. Y ¿qué?
(Yo soy inmenso…
y contengo multitudes.)

Me dirijo a los que están cerca
y espero en el umbral de la puerta.
¿Quién ha terminado su trabajo?
¿Quién ha concluido de cenar?
¿Quién me acompaña?
¿Quién viene conmigo?

O ¿vais a hablar cuando ya me hay ido y sea demasiado tarde?



Me celebro y me canto a mí mismo...

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo asuma tú también habrás de asumir,
Pues cada átomo mío es también tuyo.
Vago al azar e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo sobre la tierra,
Para contemplar un tallo de hierba.




Mi lengua, cada molécula de mi sangre formada por esta tierra y este aire.
Nacido aquí de padres cuyos padres nacieron aquí y
Cuyos padres también aquí nacieron.
A los treinta y siete años de edad, gozando de perfecta salud,
Comienzo y espero no detenerme hasta morir.

Que se callen los credos y las escuelas,
Que retrocedan un momento, conscientes de lo que son y
Sin olvidarlo nunca.
Me brindo al bien y al mal, me permito hablar hasta correr peligro.

Naturaleza sin freno, original energía.


Tu mirada

Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.

Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.

Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.

Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.


Camden, 1892

El olor del café y de los periódicos.

El domingo y su tedio. La mañana
y en la entrevista página esa vana
publicación de versos alegóricos
de un colega feliz. El hombre viejo
está postrado y blanco en su decente
habitación de pobre. Ociosamente
mira su cara en el cansado espejo.

Piensa, ya sin asombro, que esa cara
es él. La distraída mano toca
la turbia barba y la saqueada boca.

No está lejos el fin. Su voz declara:
casi no soy, pero mis versos ritman
la vida y su esplendor. 
Yo fui Walt Whitman.


Poema de Jorge Luis Borges dedicado a Whitman.