Ilusiones


"No existe ningún problema que no te aporte simultáneamente un don.
Busca los problemas porque necesitas sus dones."

"Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendras"

Richard Bach - Ilusiones

lunes, 15 de febrero de 2016

GUSTAV MAHLER Y ALMA SCHINDLER


A principios de siglo, Viena es el centro de una intensa vida artística e intelectual. Tras una larga carrera como director de orquesta en diferentes ciudades, Gustav Mahler dirige desde 1897 la ópera de la corte vienesa con un ardor infatigable y una exigencia a menudo intolerante. Último de los grandes románticos, desconocido aún como compositor, escribe sinfonías y lieder de un intenso lirismo que se cuentan entre las obras consideradas como maestras, de todos los tiempos.


En 1901, con motivo de una cena en casa de Bertha Zuckerkandl*, conoce a Alma Schindler, que tiene en esos momentos veintidós años, o sea diecinueve menos que él, y cuya belleza y personalidad iluminan las recepciones mundanas. Dotada para la música, soñando con llegar a ser directora de orquesta, Alma ya ha compuesto más de cien lieder. Es hija del gran pintor austríaco Emil Schindler, muerto cuando ella tenía trece años. Quería con pasión a su padre y sufre cuando su madre vuelve a casarse con el discípulo de éste, Carl Moll. Inició su carrera de "devoradora de genios" a la edad de dieciocho años, con la declaración de Gustav klimt, jefe de filas de la Secesión, movimiento de la joven pintura austríaca; inspiró sentimientos apasionados a Max Burckhard, el director del Burgtheater, (Teatro imperial de la corte), así como al profesor que le enseñaba composición, Alexander von Zemlinsky (varios de sus alumnos fueron los futuros fundadores de la Nueva Escuela de Viena).


Hacer reinar el silencio.

Cuando se casan, en 1902, Mahler le exige que abandone la música. El considera que "un matrimonio de compositores sería ridículo" y le asigna una sola "profesión": "hacerle feliz". Seguro de su propio genio, durante su noviazgo le escribe: "Debes entregarte a mí sin condiciones, debes someter tu vida futura a mis necesidades y desear sólo mi amor... A partir de ahora tu música es la mía". Al aceptar este matrimonio, la joven, que quería triunfar, se sacrifica. Para ella Mahler es ante todo una de las personalidades más notables de la vida cultural vienesa.


Esto es lo que admira en él y no su música, la cual no apreciará hasta mucho mas tarde. Mahler es judío y su mujer, que no lo es, impregnada de las teorías racistas de la época, cree que un judío no puede ser un creador.


En lo sucesivo, ella protege el trabajo de él, cuyas necesidades regulan la vida cotidiana de la familia. En invierno Mahler se dedica por completo a su pesada tarea de director de ópera. En verano, compone en Maiernigg, en el chalé que ha hecho construir contrayendo deudas. La joven Alma, que necesita la mirada de los demás para alcanzar su plenitud, se ve obligada a vivir en soledad. Pero aunque hace reinar el silencio que el músico reclama, no puede asfixiar su voz en su diario: "Ya no tengo veinte años. Mi vida está trazada: los niños, Gustav, Gustav, los niños". Nacen dos niñas, Maria, a la que llaman Putzi, en 1902 (concebida antes de casarse) y Anna en 1904.


No sin ataques de rebeldía, vuelve a copiar las partituras de las obras de su marido, o las interpreta al piano entre un embarazo y otro (tuvo varios abortos naturales). La homenajeada en la Quinta sinfonía ("A mi querida Almschi, mi compañera valerosa y fiel") sufre crisis nerviosas y llora su ambición robada. Aislado en su arte, Mahler no la comprende. Ella le escribe: "A menudo tengo la impresión de que me han cortado las alas. Gustav, ¿por qué a mí, el pájaro ebrio de vuelos y de brillante colorido, me has encadenado aquí, cuando una oca blanca te hubiera servido igual?". Él responde: "¡Tú eres una oca!".


En 1907, cuando Putzi muere de difteria a la edad de cinco años, el gran dolor que sienten los esposos no los une. Mahler, cuya salud se deteriora, tiene constantes problemas con la ópera de Viena, cuya dirección abandona ese mismo año por la del teatro Metropolitan de Nueva York, ciudad a la que a partir de entonces va todos los años.

La niña, la diosa.

Para cuidar su neurastenia, Alma se somete a curas en balnearios. En 1909 conoce a un joven arquitecto alemán, Walter Gropius, el furuto creador de la Bauhaus**. Él le ofrece la pasión y las caricias que necesita. Protegida por su madre, se vale de la astucia para reunirse de nuevo con él e intercambian una correspondencia febril. Mahler descubre su relación en 1910, cuando por un error de Gropius recibe una cara destinada a alma. La situación de la pareja se invierte. El tirano ya no es más que un "soberbio niño enfermo", aterrorizado por la idea de perder a su "diosa". A partir de ahora Alma domina y decide quedarse con él. Ella escribe a Gropius: "Si me marcho, se muere; si me quedo vive". Mahler consulta con un médico de Viena del que se habla mucho, Sigmund Freud, y recuerda que prohibió a su mujer que compusiera. Descubre entonces con admiración su música y la anima a componer de nuevo. Le hace publicar cinco de sus lieder antiguos, al mismo tiempo que le dedica su "Sinfonía de los mil". (nº 8)



Mahler está cada vez más débil. En la primavera de 1911, en Nueva York, se encuentra demasiado enfermo para acompañar a su mujer cuando, por primera vez, se interpreta uno de los lieder que ella compuso. Alma le cuida con devoción y ternura, aunque sin dejar de escribir a Gropius. El viaje de regreso resulta agotador y Mahler llega a viena sólo para apagarse, muriendo el 8 de mayo de 1911, dejando a su "Almschi" su Décima sinfonía, inacabada.***


La joven viuda de treinta y un años vuelve a convertirse en una musa altiva.



Tras una relación que provoca un escándalo, con el pintor Oskar Kojoschka, siete años menor que ella, regresa junto a Gropius con quien se casa en 1915. Su hija Mannon, que es su preferida, nace en 1920 (muere en 1935 de poliomielitis, a los 18 años. El compositor Alban Berg, gran amigo suyo, y que sentía gran cariño por la muchacha, escribió su famoso Concierto para violín y orquesta "A la memoria de un ángel" en su memoria. Años más tarde Gropius desaparece con elegancia ante el célebre escritor austríaco Franz Werfel. Esté último también es judío y tiene diez años menos que Alma. Se casan en 1929. Más tarde por temor a la persecución nazi, huyen a Francia y más tarde a través de España embarcan para los Estados Unidos. Se establecieron eventualmente en Los Ángeles, donde Werfel logró un singular éxito con su novela La Canción de Bernadette que fue convertida en una película en 1943 con Jennifer Jones como protagonista.


Después de la muerte de Werfel en 1945, Alma se instaló en Nueva York donde era un personaje cultural destacado, y publicó parte de las cartas de Mahler y sus propias memorias Mein Leben (traducido al inglés And the Bridge is Love - Y el puente es el amor). Su figura sigue siendo el centro de una gran polémica. Muere en 1964 y aunque viuda de Werfel, sigue siendo conocida sobre todo como la viuda de Mahler.


Su vida es narrada en la película de 2001 de Bruce Beresford, Bride of the Wind (La novia del viento), actuando como Alma la actriz Sarah Wynter. El personaje de Alma también aparece en la famosa película Mahler de 1974 dirigida por Ken Russell, Georgina Hale como Alma.







Sinfonía nº 5 - Adagietto 




La novia del viento de Oskar Kokoschka - 1914.
Tras la muerte de Mahler, Alma se convierte en la musa de su pintura.



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*Berta Zuckerkandl-Szeps fue una escritora, periodista, crítica y salonnière austríaca.

**La Staatliche Bauhaus (Casa de la Construcción Estatal), o simplemente Bauhaus, fue la escuela de artesanía, diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar (Alemania), cerrada por las autoridades prusianas en manos del Partido Nazi.

***Alma encargó al compositor Ernst Krenek que diera los toques finales al primer movimiento que ya estaba casi concluido, y contactó con otros músicos para que orquestaran la obra. Al final de su vida, después de oír una grabación preliminar de la versión completa, grabada para la BBC, terminada por el compositor y musicólogo Deryck Cooke, autorizó la edición e interpretación de la Sinfonía.





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